Rock Band salva un matrimonio
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Rock Band salva un matrimonio
Rock Band salva un matrimonio
No siempre la adicción a los videojuegos es motivo de disputas y rupturas amorosas entre las parejas, o así lo narra Rachel Shukert en una carta digital que envió al medio Salon.
Cuando el matrimonio de Rachel empezaba a correr peligro dada la obsesión que su esposo Ben profesaba hacia los videojuegos, la protagonista de esta historia trató por todos los medios de recuperar a su amado. Primero se enfurecía y lo gritaba, táctica que empeoraba la situación. Después optó por vestir provocativamente o mostrarle su ropa interior.
La reacción de Ben, totalmente absorto con su Xbox, ante los encantos de su mujer no fue muy halagüeña. "Nena,¡ Estoy matando nazis! ¡Estoy salvando nuestra gente!".
No obstante la historia de Rachel tuve un inesperado y feliz desenlace, cuando Ben se hizo con Rock Band e invitó a su esposa a jugar con él. Por caprichos del destino Rachel que solamente había jugado con su marido al Tetris, llegó a engancharse a la obra de Harmonix y además de fortalecer su relación sentimental pudo rememorar su pasión por los grupos de rock clásicos.
original de blog de juegos
No siempre la adicción a los videojuegos es motivo de disputas y rupturas amorosas entre las parejas, o así lo narra Rachel Shukert en una carta digital que envió al medio Salon.
Cuando el matrimonio de Rachel empezaba a correr peligro dada la obsesión que su esposo Ben profesaba hacia los videojuegos, la protagonista de esta historia trató por todos los medios de recuperar a su amado. Primero se enfurecía y lo gritaba, táctica que empeoraba la situación. Después optó por vestir provocativamente o mostrarle su ropa interior.
La reacción de Ben, totalmente absorto con su Xbox, ante los encantos de su mujer no fue muy halagüeña. "Nena,¡ Estoy matando nazis! ¡Estoy salvando nuestra gente!".
No obstante la historia de Rachel tuve un inesperado y feliz desenlace, cuando Ben se hizo con Rock Band e invitó a su esposa a jugar con él. Por caprichos del destino Rachel que solamente había jugado con su marido al Tetris, llegó a engancharse a la obra de Harmonix y además de fortalecer su relación sentimental pudo rememorar su pasión por los grupos de rock clásicos.
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