La Sombra Sobre Lemnerath P. 1

*supongo que se podra escribir algo espero os guste... esta es la historia de Níver el Arlequín...*


era tarde y Natalie estaba tiritando de frio, penso que al llegar a su casa prenderia la chimenea y se dedicaria a leer el pergamino que recien habia adquirido...
se dijo a si misma en voz baja (clasica recurrencia que todos tenemos por la emocion de algo nuevo) y pensando en su futuro: "con esto lograre terminar la pocima, y con ella las enfermedades asi como la muerte se detendran, me haré millonaria..."

iba tan ensimismada pensando que no vio la niebla plomiza que la iba rodeando sutilmente, desde lejos se podian oir griterios y mas de un otro alarido, pero en esos tiempos de peste bubonica, nadie se sorprendía. Para el tiempo en que ya estaba envuelta en la niebla habia pasado dos calles mas al norte que la de su casa, la niebla habia cumplido su objetivo, un destello rojo y al amanecer encontraron a Natalie Tirada en el suelo, con su torax abierto de par en par y con los ojos vacios... una mueca de felicidad aun cruzaba su rostro, nunca supo qué le paso...

en la Ciudad de Lemnerath era común encontrar muertos, ya sea por todos los motivos imaginables, pero nunca algo tan horrible y feroz como esto... primero se culpo a algun tipo de bestia homicida capaz de cruzar las altas murallas de fragua enana, se culpo tambien a una banda de feroces ladrones y asesinos dependientes de la Hermandad de Mondetenevre, pero su vocero aclaro que ellos no estan para atacar dentro de la ciudad sino fuera, nadie parecía saber nada de la extraña muerte, a excepcion del autor...

asi pasaron las semanas y cada vez aparecian mas victimas con las mismas caracteristicas, destrozado el torax, los organos irreconocibles, la unica pista era la mas irrisoria, todos eran medicos, curanderos o sanadores, ¿Quien querría matar a los medicos y otros en tiempos de peste bubonica?

era eso de las cinco y media, y el sol moribundo era tragado por el oeste en su incesante avance hacia la sepulcral y eterna noche...

"Cascabeles..." -dijo Armián-" ¿los oyes Anathor? se acercan"- Armián y anathor caminaban en medio de la niebla plomiza cuando oyeron los cascabeles, lo siguiente que vieron fue un resplandor rojo a sus espaldas, un golpe metalico y al darse vuelta a ver que habia sucedido, vieron al Arlequín Sombrío Níver, una leyenda en la ciudad, sostenia una daga destrozada en su mano cuando dijo con voz fría: "iros a vuestro hogar, elfos" Armián y Anathor corrieron con ligereza Elfica, mientras Níver se lanzaba hacia el corazon de aquella niebla...

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Níver tuvo que resistir dos ataques mas, su daga otra se estaba calentando y empezaba a brillar rojizo cuando la risa de alguien se escucho en la niebla que empezaba a disiparse...
en medio de la calle un Hechicero con una marca Nigromantica en su mejilla- *humano- pensó el arlequín- con mucho poder y con un aurea intrigante...*
" Quien Eres Tú para interumpir mi labor de purificacion!?" Pregunto el Hombre y continuó- "Dime, Arlequín, tu nombre es aquel de leyenda? es aquel nombre de ese semidios antiguo? habia leido los reportes sobre ti..."
Níver movio su mano tan rapido que el mago vio el brillo del cuchillo casi cuando estaba en su rostro e impacto su escudo de maná improvisado, tan pronto dirigio la vista a níver, este ya no estaba ahi...

...el arlequín rió en su escondite, algo escalofríante si se esta ahí, de pronto se oyó musica de carnaval y el nigromante dio un paso atrás: "Urcunum Vostro!" una pared de fuego se levantó alrededor del nigromante y justo cuando las llamas arreciaban una lluvia de dagas empezo a caer del cielo, Níver corría alrededor y saltaba a tal velocidad que el Hechicero no veía la figura del Arlequín.

tan pronto como la primera daga toco la pared se derritió pero algunas pasaban y rebotaban en el escudo de maná aunque aún así algunos herían al brujo: "Arlequín!! Ya Verás!!"- viracundo profirió un aullido y Níver apareció frente a él, rapidamente drenó el escudo de maná usando su hechizo "Burdum" cuando iba a lanzar el ataque final, el mago sorprendido dijo: "enbindis"- y como si lo arrastrara una cuerda muy rápido desapareció.

Debo decir que los dos primeros parrafos me resultaron algo confusos, pero al continuar mi lectura comprendí el relato. Tintes de misterio y aire siniestro, me gustaría que siguieras para darte una mejor opinion, por ahora esto:

era eso de las cinco y media, y el sol moribundo era tragado por el
oeste en su incesante avance hacia la sepulcral y eterna noche...

me agrada esta frase, yo la dejaría:
Eran eso de las cinco y media, el sol moribundo era tragado por el
avance incesante del oeste crepuscular...

Espero leer más de tu narración, todo el apoyo.

saludos