Relato a continuar entre todos Sabiendo solo un poco de información

Una apacible mañana en un tranquilo pueblo costero, famoso por su buen pescado y su Kraken a la plancha, se empezó a oír un rumor que pronto estallaría como la dinamita y envolvería a sus habitantes en el mayor aprieto visto en mas de 2000 años, ahora mismo entraré en detalles y hacerme caso si digo que dada las costumbres de esta peculiar gente se vivieron verdaderos momentos de histeria colectiva.

A lo que íbamos...corrió la voz de que el REY en persona debería pasar por sus tierras con su séquito real y su honrosa guardia personal, este tranquilo pueblo debería hacer frente a un majestuoso banquete para 100 personas y no podían defraudar a sus anfitriones, las reservas de pescado azul estaban llenas pero su tan famoso Kraken a la plancha plato por el cual su villa era de interés turístico nacional no tenia existencias! ( y es que el ultimo Kraken de 2502 kg de peso para ser mas exactos había sido consumido y exportado demasiado rápido dado su buena salida e innegable calidad)

Formado el grupo de aventureros y cogiendo las ultimas herramientas para la caza, emprendieron la busqueda de una buena embarcación con la que dar caza al kraken a través de unos antiguos y malolientes muelles donde los borrachos salian de las tabernas haciendo eses tras tres días sin dormir. Después de buscar durante horas por los muelles, solo un viejo lobo de mar con una embarcación precaria acepto llevarles.

-¡Marino! ¿Está disponible su embarcación?
-Depende de para que la querais- Dice dandole una calada a su pipa. -Decidme pues, para que la quereis-
-Nos han encomendado la noble misión de cazar al Kraken-
-¿Ese viejo bastardo del alcalde os ha encomendado la misión de cazar al viejo bastardo del Kraken? Jajajaja- Rie mientras tose. -Si pretendeis acabar con la vieja bestia marina, no os va a salir barato, os cobraré 1000 monedas de oro y quiero el 10% de la recompensa, aunque me imagino que ninguno de vosotros conseguireis salir vivos de allí, subid a bordo-

El barco estaba con la mitad de las maderas podridas y además, el timón se atrancaba constantemente, pero almenos tenia una tripulación bastante decente. Pagados los honorarios al capitán, los aventureros se dirigieron a la posada para descansar antes de embarcar a la mañana siguiente.

La taberna estaba silenciosa. La preocupación por la aparición del Kraken tenía a todos ensimismados hasta que el viejo Gujihar empezó a hablar. Todos se habrían ido nomás abrió la boca, pero llovía con fuerza.

- Siempre es lo mismo, a veces la mandrágora, otras la esfinge, pero siempre aparece algo y los más fuertes de cada familia tienen que ir a pelear. ¿A quién se le ocurre? Hay que darles de comer un par de doncellas y listo.

El viejo se fue hacia Ruperit, le puso una mano bruscamente en el hombro y lo giro 90 grados apartándolo lo suficiente del resto del grupo, y susurró a su oído siseante como la serpiente con la lengua mas venenosa del desierto de Astur... de lo que le dijo no quedo constancia pero lo que si quedo marcado y mucho, fueron las palabras de nuestro héroe que precederían a la replica del viejo, de boca en boca su popularidad a día de hoy es incuestionable y su leyenda también.

Dejó caer sus rodillas al suelo y agachó la cabeza, sujetando su espada sobre la palma de las manos y dijo:

¿Alguien ha visto alguna vez un kraken, por lo menos si nos lo encontramos saber que aspecto tiene?
Se hizo el silencio...al fondo una mano se levanto lentamente.
-Señor creo que todos lo hemos comido y es como una sepia grande, por lo que cuentan, pero claro solo hemos probado trozos muy pequeños ya cocinados y partidos con los cuales no podemos hacernos una idea de como sería vivo, pero por lo menos sabemos que es enorme!
-Ummms sabia visión del asunto mi buen amigo Torin, pero...(se hizo de nuevo el silencio y expectantes el grupo clavó sus ojos en Ruperit) ¿no sería mas fácil que nos hubieran dado una descripción del bicho en cuestión, y la ubicación del anterior Kraken que cazó nuestro pueblo así como mas información del mismo?
Los intrépidos aventureros empezaban a hacerse preguntas pero no daban con las respuestas adecuadas.

Sólo que Ruperit era un orco y su manejo con las personas (vamos, el manejo de la lengua tampoco era lo suyo) distaba de ser amigable. En la taberna había un hermitaño que pasaba la mayor parte del día allí. No bebía más que agua y su almuerzo consistía en hogazas de pan que rebanaba parsimoniosamente para luego encerrar dentro un pedazo de chocolate. Quiso el hado que Ruperit se fijara en él de buenas a primeras, y con la garganta dispuesta (más la seguridad que le dio la vigésima botella de cerveza espesa) dijo:

Su mirada captó en un primer instante un reflejo en el fondo de la estancia en la que acababa de entrar. Se trataba de un Borques, una criatura de apariencia humana pero con grandes dotes mágicas. Gorzak se acarcó a él para entablar conversación. En el poblado le habían advertido que no era muy seguro hablar con este tipo de criaturas, de hecho nadie conocía en persona a aquel hermitaño de la Montaña del Ayer, pero aún así Gorzak se arriesgó:



-Buenas noches caballero; dijo Gorzak en su tono más afable pero sin mostrar debilidad. Mi nombre es Gorzak, he venido en busca de su ayuda.



Mientras decía esto Gorzak tomó asiento enfrente de la persona a la que había venido buscando desde hacía más de un mes, cuando un dragón había asolado la pequeña aldea en que vivía matando a toda su familia. Había jurado sobre la tumba de sus padres que no descansaría hasta haber matado al dragón. Ahi había comenzado su viaje a través de las tierras de Haranthor en busca de una de las mitológicas criaturas a las que se llamaba Borques.



El extraño hombre no contestó pero le ofreció una copa con lo que parecía era vino. Gorzak dudó un instante pero finalmente agradeció la invitación y dió un largo trago a la copa. Esto agradó al Borques que dijo:



-Mi nombre es Vercost. Tienes gran valor, pues a pesar de lo que seguramente te han dicho de mi has venido a mi casa. Eres el primer humano con el que hablo en 57 años. Estoy seguro de que alguna fuerte necesidad te arrastra hacia mi. Cuentame pues de que se trata y consideraré si debo o no debo ir contigo.



Un poco más tranquilo Gorzak relató al Borques su historia sin omitir detalle alguno. Al cabo de un rato de reflexión Vercost respondió: